Hola a Todas y todos, acá el resumen breve de la novela La Guerra de los Mundos del año 1898, escrita por Herbert George Wells.
Es un libro corto, tiene algo de acción, aventura. Es un clásico de la ciencia ficción.
Si te gustan los audiolibros te recomiendo esta excelente narración de un canal que sigo desde hace años: https://www.patreon.com/posts/la-guerra-de-los-132909407
Capítulo 1: "La víspera de la guerra"
A finales del siglo XIX, nadie imaginaba que inteligencias superiores desde Marte estuvieran observando y planeando conquistar la Tierra. Los humanos vivían confiados en su superioridad, sin sospechar el peligro que se acercaba. Mientras tanto, los marcianos, habitantes de un planeta más viejo y frío que la Tierra, habían desarrollado una inteligencia muy avanzada y necesitaban encontrar un nuevo hogar para sobrevivir.
Los marcianos comenzaron a disparar proyectiles desde Marte hacia la Tierra. Los astrónomos terrestres observaron extrañas explosiones y llamaradas en la superficie del planeta rojo durante diez noches consecutivas, pero no entendieron lo que realmente significaba. Pensaron que se trataba de erupciones volcánicas o lluvias de meteoritos, sin imaginar que eran disparos de una invasión planificada.
El narrador cuenta cómo él y el astrónomo Ogilvy observaron estos fenómenos a través de un telescopio, sin darse cuenta de la verdadera amenaza que se aproximaba. Mientras los proyectiles marcianos viajaban por el espacio hacia la Tierra a gran velocidad, la gente continuaba con su vida normal: paseando, trabajando y divirtiéndose, completamente ajena al peligro que se acercaba silenciosamente desde el espacio.
Capítulo 2: El Meteoro
En una madrugada, cayó lo que parecía ser un meteoro cerca de Winchester. Muchas personas lo vieron como una línea de fuego en el cielo, pensando que era una estrella fugaz común. Al día siguiente, Ogilvy, quien había presenciado la caída, fue temprano a buscarlo en los terrenos comunales entre Horsell, Ottershaw y Woking (Inglaterra). Lo encontró enterrado en un enorme agujero que había creado al impactar, rodeado de arena y escombros esparcidos por todas partes.
Cuando Ogilvy se acercó, descubrió que no era un meteorito normal: era un cilindro gigante de unos 25-30 metros de diámetro, con una superficie escamosa y oscura que estaba muy caliente. Lo más sorprendente fue que comenzó a escuchar ruidos desde adentro y vio que la parte superior del cilindro giraba lentamente, como si alguien estuviera destornillándola desde dentro. Aterrorizado al darse cuenta de que había criaturas vivas atrapadas ahí dentro, Ogilvy corrió a buscar ayuda. Junto con Henderson, un periodista, regresaron al lugar y confirmaron sus sospechas: el cilindro era artificial y contenía seres vivos. La noticia se extendió rápidamente y pronto llegaron curiosos de toda la zona para ver a "los hombres muertos caídos de Marte".
Capítulo 3: En la llanada de Horsell
El narrador regresa al lugar donde cayó el misterioso cilindro de Marte y encuentra a unas veinte personas curiosas observando el enorme agujero. Entre los espectadores hay niños, ciclistas, trabajadores del pueblo y familias que han venido a ver el extraño objeto. Al principio, la gente no entiende realmente lo que están viendo, para muchos parece simplemente un objeto metálico enterrado, como un gasómetro. El narrador se da cuenta de que realmente viene de Marte y comienza a imaginar qué podría contener en su interior.
Por la tarde, la situación cambia completamente. Los periódicos publican titulares enormes sobre el "mensaje del planeta Marte" y llegan científicos del Observatorio Real, incluyendo a Henderson, Ogilvy y un hombre llamado Stent. Multitudes de personas llegan en coches, bicicletas y a pie desde pueblos cercanos para ver el cilindro. Los científicos están trabajando para abrir el objeto con picos y palas, y ocasionalmente escuchan sonidos débiles que vienen del interior, lo que sugiere que hay algo vivo dentro del cilindro marciano.
Capítulo 4: El cilindro se destornilla
Cuando el narrador regresa al atardecer, encuentra una multitud aún mayor de unas doscientas personas rodeando el agujero. De repente, el cilindro comienza a destornillarse solo, creando gran agitación entre la gente. Un joven dependiente de tienda cae accidentalmente al hoyo debido a los empujones de la multitud, y todos pueden escuchar extraños sonidos metálicos que salen del interior del cilindro. Finalmente, la tapa cae y se abre completamente, revelando una cavidad oscura de la cual comienza a emerger algo aterrador.
Lo que sale del cilindro no es para nada lo que esperaban. En lugar de un ser humano, aparece una criatura marciana horrible: una masa grisácea del tamaño de un oso, con enormes ojos oscuros, una boca en forma de V sin labios que gotea saliva, y tentáculos que se mueven constantemente. La criatura tiene una piel aceitosa y se mueve con dificultad debido a la gravedad terrestre. El horror es tan intenso que toda la multitud huye despavorida, dejando solo al pobre dependiente atrapado en el hoyo, quien finalmente desaparece misteriosamente. Las personas se esconden detrás de árboles y arbustos, observando desde la distancia con terror y fascinación.
5. El rayo ardiente
El narrador observa fascinado desde una colina cómo los marcianos salen de su cilindro espacial, aunque el miedo lo paraliza. Mientras tanto, un grupo de personas se acerca con una bandera blanca para intentar comunicarse pacíficamente con los extraterrestres, creyendo que al ser inteligentes podrían entenderse. Sin embargo, los marcianos responden con un rayo ardiente mortal que mata instantáneamente a todos los que se acercaron, incendiando también los árboles y matorrales cercanos. El protagonista, aterrorizado por presenciar esta masacre, huye corriendo en pánico hacia su casa, comprendiendo que los marcianos no vienen en son de paz.
6. El Rayo Ardiente en el camino de Chobham
En este capítulo se revela que el arma marciana es un rayo de calor invisible que puede derretir metal y carbonizar todo lo que toca, matando a unas cuarenta personas esa noche. Mientras tanto, en el pueblo de Woking, la gente salía curiosa a ver el cilindro espacial, sin saber realmente lo peligroso que era. Había unas trescientas personas reunidas cuando los marcianos atacaron nuevamente con su rayo ardiente, incendiando árboles y casas cercanas. La multitud entró en pánico total y huyó desesperadamente hacia Woking, empujándose y pisoteándose entre ellos en el camino estrecho, lo que causó que tres personas (dos mujeres y un niño) murieran aplastadas por la estampida humana en medio del terror y la oscuridad.
7. De cómo llegué a casa
El narrador huye en pánico total hasta colapsar de agotamiento cerca de un puente. Cuando se recupera, se siente como si todo hubiera sido un sueño y le cuesta creer lo que realmente pasó. Al encontrarse con gente normal del pueblo que no sabe nada de los marcianos, estos se ríen de él cuando trata de contarles lo ocurrido. Llega a su casa donde su esposa sí le cree, pero ambos se tranquilizan pensando que los marcianos son demasiado torpes y pesados para salir de su agujero debido a la mayor gravedad terrestre. Cenan juntos mientras él se convence de que con una simple granada podrían eliminar a los invasores, sin saber que esta sería su última comida normal antes de que comenzara la verdadera guerra.
8. La noche del viernes
El viernes por la noche, la vida continúa casi normal alrededor del lugar donde cayó el primer cilindro marciano cerca de Woking. Aunque algunas personas han escuchado sobre los "hombres de Marte", la mayoría sigue con su rutina diaria: trabajando, cenando, estudiando, como si nada hubiera pasado. Solo en los periódicos se menciona la noticia, pero muchos no la toman en serio. Los trenes siguen funcionando normalmente y los pasajeros apenas pueden ver algunas chispas y humo rojizo en la distancia.
Mientras tanto, los marcianos trabajan toda la noche construyendo sus máquinas de guerra, y las autoridades militares comienzan a enviar tropas para investigar la situación. Justo después de la medianoche, la gente ve caer una segunda "estrella" verde en un bosque cercano: es el segundo cilindro marciano que ha llegado a la Tierra.
9. Comienza la lucha
Se narra el día en que comenzó la verdadera batalla entre los humanos y los marcianos. El protagonista se despierta en un sábado tenso, donde las tropas militares han rodeado a los invasores extraterrestres que están escondidos en el hoyo. Mientras los soldados debaten cómo atacar a estas criaturas parecidas a pulpos, los marcianos permanecen ocupados construyendo o armando algo misterioso. Por la tarde, cuando el protagonista está tomando el té con su esposa, escuchan una explosión ensordecedora: los marcianos han salido de su escondite y están destruyendo todo con su "Rayo Ardiente". Al ver que su casa está en peligro, el protagonista alquila rápidamente un carruaje, empaca sus pertenencias más valiosas y huye con su esposa y la criada hacia Leatherhead, mientras observa cómo el humo y las llamas consumen todo a su paso.
10. En el ataque
El protagonista llega con su esposa a Leatherhead para ponerla a salvo con sus primos, pero decide regresar solo esa misma noche a Maybury para ver qué ha pasado con los marcianos. Durante el viaje de regreso, en medio de una tormenta eléctrica violenta, se encuentra cara a cara con las máquinas de guerra marcianas: enormes trípodes metálicos que caminan sobre tres patas gigantes, más altos que las casas, aplastando todo a su paso. Cuando uno de estos monstruos mecánicos se dirige hacia él, el protagonista pierde el control del carruaje, vuelca y debe esconderse entre los arbustos mientras observa aterrorizado cómo estas máquinas alienígenas se mueven por el paisaje. Logra refugiarse en un bosque y llegar a su casa, pero en el camino encuentra el cadáver del posadero del Perro Atigrado, lo que le hace darse cuenta de que la situación es mucho más grave de lo que imaginaba.
11. En la ventana
El protagonista está en su casa empapado y se cambia de ropa antes de subir a su despacho para observar desde la ventana lo que está ocurriendo. Ve un paisaje completamente devastado: toda la zona está en llamas, las casas están destruidas, hay un tren incendiado en las vías, y tres enormes máquinas marcianas se mueven entre las ruinas.
Durante la noche, un soldado artillero escapa y se refugia en su casa, completamente traumatizado. El soldado le cuenta cómo los marcianos salieron de su agujero con sus máquinas de guerra en forma de trípode y masacraron completamente al ejército británico con su "Rayo Ardiente" en cuestión de minutos, quemando todo a su paso. Al amanecer, ambos observan desde la ventana la destrucción total del valle: todo ha quedado reducido a cenizas y escombros, mientras las tres máquinas marcianas continúan vigilando la desolación que han creado desde su cráter, del cual sale un misterioso vapor verde.
12. Lo que vi de la destrucción de Weybridge y de Shepperton
Al amanecer, el narrador y el soldado artillero abandonan la casa donde se refugiaron en Leatherhead y deciden huir juntos hacia el norte para evitar a los marcianos. En el camino encuentran a un teniente con dos soldados que van a investigar la situación, y luego llegan a Weybridge, donde hay gran confusión: los habitantes empaquetan sus cosas desesperadamente mientras los soldados los ayudan a evacuar. El ejército ha colocado cañones para defender la zona, pero el artillero comenta que las armas convencionales no servirán contra los marcianos.
Cerca del mediodía llegan al río Támesis en Shepperton, donde hay multitudes de refugiados tratando de cruzar en botes. De repente aparecen cinco marcianos avanzando rápidamente hacia el río con sus máquinas de guerra. Comienza una batalla feroz: los cañones británicos logran destruir uno de los marcianos con una granada directa en la cabeza, pero los otros cuatro contraatacan con sus rayos ardientes, incendiando todo a su paso. El narrador se arroja al agua para salvarse del rayo mortal y, tras vivir momentos de terror entre el vapor y las llamas, logra sobrevivir milagrosamente cuando los marcianos se retiran llevándose los restos de su compañero destruido.
13. De cómo encontré al vicario
Después de la batalla, los marcianos se retiran a Horsell con los restos de su compañero mientras el ejército británico coloca cañones por las colinas de Londres. El narrador, herido y exhausto, encuentra un bote abandonado y navega por el Támesis calentado por la caída del marciano, viendo pueblos en llamas y abandonados hasta llegar cerca de Walton donde se refugia bajo un árbol. Allí encuentra a un vicario (cura o párroco) de Weybridge que ha perdido la razón por el trauma, hablando incoherentemente sobre el fin del mundo y citando pasajes bíblicos mientras se pregunta por qué Dios permite tal destrucción. El narrador trata de calmarlo explicándole que los marcianos no son invencibles ya que vio morir a uno en batalla, y cuando escuchan ruidos distantes de cañones, decide que deben seguir hacia el norte para alejarse del peligro.
14. En Londres
El hermano menor del narrador estaba estudiando medicina en Londres cuando ocurrió la invasión marciana. Al principio, solo leyó noticias confusas en los periódicos sobre unos extraños visitantes de Marte que habían matado a algunas personas con un "cañón de fuego", pero los artículos tranquilizaban diciendo que los marcianos no podían moverse debido a la gravedad terrestre. La mayoría de los londinenses no se alarmaron inicialmente, ya que estaban acostumbrados a leer noticias sensacionalistas y se sentían seguros en su gran ciudad.
Sin embargo, durante el lunes por la madrugada, todo cambió drásticamente. Las campanas comenzaron a sonar, la policía corrió por las calles gritando "¡Que vienen los marcianos!" y los periódicos anunciaron que Londres estaba en peligro mortal. Los marcianos habían desarrollado un arma terrible llamada "Humo Negro" - un gas venenoso que mataba a todo el que lo respiraba - y ya habían destruido Richmond, Kingston y Wimbledon mientras avanzaban hacia Londres. El pánico se apoderó de los seis millones de habitantes de la ciudad, quienes comenzaron una desesperada huida hacia el norte, creando el caos total en las calles de la capital británica.
15. Lo que sucedió en Surrey
Los marcianos lanzan su ofensiva principal contra las defensas británicas. Tres marcianos avanzan hacia las posiciones militares en Surrey, donde las tropas están esperándolos con cañones. Aunque logran derribar a uno de los marcianos en San Jorge Hill, sus compañeros contraatacan con el Rayo Ardiente y destruyen la batería. Los marcianos entonces despliegan una nueva arma terrible: tubos que disparan proyectiles llenos de "Humo Negro", un gas venenoso más pesado que el aire que mata a todo ser vivo que lo respira. Este vapor se extiende por valles y pueblos, envenenando a soldados y civiles por igual.
Mientras el narrador y el vicario observan escondidos, ven cómo los marcianos rodean sistemáticamente Londres con esta arma química, destruyendo toda resistencia organizada. Al amanecer, el gas mortal llega hasta Richmond y el gobierno británico colapsa, advirtiendo desesperadamente a los londinenses que huyan de la ciudad.
16. El pánico
Se describe el caos en Londres cuando la gente huye despavorida ante la llegada de los marcianos. Las estaciones de tren colapsan, la policía pierde el control y la multitud, enloquecida, lucha por escapar hacia el norte. El hermano del narrador logra huir en bicicleta, aunque sufre varios percances, y más tarde ayuda a dos mujeres (una de ellas, la esposa de un médico) a escapar en un carruaje. En el camino, enfrentan a ladrones, ven el sufrimiento de los refugiados y presencian escenas desgarradoras: gente herida, niños perdidos y saqueos. Finalmente, logran avanzar hacia el este, evitando la carretera principal, donde la multitud desesperada sigue gritando: "¡Que vienen los marcianos!". La jornada los deja exhaustos.
17. El "Lanza-truenos"
El hermano del narrador y las dos mujeres logran llegar a la costa de Essex, donde encuentran una inmensa flotilla de barcos de todos los tamaños evacuando a los refugiados de Londres hacia el extranjero. Abordan un vapor rumbo a Ostende pagando 36 libras por los tres pasajes. Mientras navegan, aparecen tres marcianos gigantescos que se adentran en el mar persiguiendo a los barcos fugitivos. En ese momento crucial, el acorazado británico "Lanza-truenos" se lanza heroicamente contra los invasores marcianos para proteger a las embarcaciones civiles. En una épica batalla naval, el acorazado logra destruir a dos de los tres marcianos usando sus cañones, pero es finalmente destruido por el Rayo Ardiente cuando su explosión hace pedazos al segundo marciano. Los pasajeros celebran esta primera victoria humana significativa contra los invasores, aunque el tercer marciano escapa oculto entre el humo y vapor del combate, mientras el vapor continúa su rumbo hacia aguas internacionales y la seguridad.
Libro Segundo - La Tierra en poder de los marcianos
1. Bajo Tierra
El narrador y el vicario quedan atrapados en una casa de Halliford durante dos días completos, rodeados por el letal Humo Negro marciano. Cuando finalmente el gas se disipa, salen y ven un paisaje devastado cubierto de ceniza negra y cadáveres, como si hubiera ocurrido una catástrofe volcánica. Mientras viajan de noche hacia Leatherhead buscando a la esposa del narrador, ven a los marcianos capturando humanos vivos y metiéndolos en grandes recipientes metálicos, lo que sugiere que no solo quieren exterminar a la humanidad sino también capturarla.
Cuando llegan a una casa en Mortlake para buscar comida, ocurre una terrible desgracia: el quinto cilindro marciano cae directamente sobre la casa, enterrándolos vivos bajo los escombros pero milagrosamente sin matarlos. Ahora están atrapados en el sótano de la casa destruida, con un marciano montando guardia justo afuera, y deben permanecer en absoluto silencio para no ser descubiertos mientras sobreviven con las provisiones que encontraron.
2. Lo que vimos desde las ruinas
Desde su escondite en la casa destruída, el narrador y el vicario observan por primera vez de cerca a los marcianos trabajando en el gran cráter donde cayó el quinto cilindro. Los marcianos resultan ser criaturas completamente extrañas: enormes cabezas redondas de cuatro pies de diámetro con grandes ojos oscuros, sin nariz, con un pico carnoso como boca y dieciséis tentáculos delgados que usan como manos. Son puro cerebro sin sistema digestivo - sobreviven chupando sangre fresca de otras criaturas vivas y se la inyectan directamente en sus venas. No duermen, no tienen sexo, se reproducen como plantas formando capullos, y son inmunes a todas las enfermedades terrestres.
El narrador observa fascinado cómo usan máquinas increíblemente sofisticadas, como la "Máquina de Mano" que parece una araña metálica gigante con múltiples tentáculos articulados, y cómo estas máquinas se mueven de forma tan fluida y viva que parecen organismos biológicos en lugar de mecanismos, mostrando una tecnología muy superior a la humana.
3. Los días de encierro
Atrapados en el sótano de la casa destruida junto al cráter marciano, el narrador y el vicario viven días angustiosos espiando a los invasores por una grieta en la pared. El vicario se comporta de manera histérica, llorando constantemente, comiendo y bebiendo de forma impulsiva sin pensar en racionar la comida, y siendo completamente inútil para planear una escapatoria. Su comportamiento es tan desesperante que el narrador debe amenazarlo e incluso golpearlo para mantenerlo calmado. Mientras tanto, observan fascinados cómo los marcianos instalan maquinaria sofisticada en el cráter, incluyendo una máquina que extrae aluminio de la arcilla local con eficiencia sobrehumana.
La situación se vuelve completamente horrorosa cuando el narrador ve a los marcianos capturar a un hombre y llevárselo - puede ver claramente a la víctima, un hombre de mediana edad, antes de que desaparezca detrás de un montículo seguido por gritos humanos y sonidos alegres de los marcianos, confirmando que los invasores están alimentándose de humanos vivos.
4. La muerte del vicario
El narrador y el vicario llevan seis días encerrados en un sótano escondidos de los marcianos. El vicario comienza a perder la cordura, gritando, pidiendo comida desesperadamente y hablando en voz alta sobre pecados y castigos divinos, poniendo en peligro a ambos. Cuando el vicario amenaza con gritar para llamar a los marcianos, el narrador lo golpea con un cuchillo (usando el lado sin filo) para silenciarlo, dejándolo inconsciente. En ese momento, una máquina marciana detecta el ruido y entra al lugar con sus tentáculos metálicos, arrastra el cuerpo del vicario y examina minuciosamente el escondite.
El narrador se oculta entre carbón y leña en el sótano mientras el tentáculo marciano busca por todas partes, casi tocándolo, hasta que finalmente la criatura se retira. El narrador permanece escondido durante días más, aterrorizado y sin atreverse a moverse.
5. El silencio
El narrador descubre que los marcianos se han llevado toda la comida de la despensa, dejándolo sin provisiones durante varios días. Debilitado por el hambre y la sed, logra extraer un poco de agua sucia de una bomba para sobrevivir. El día catorce nota que la hierba roja marciana ha crecido y tapado parcialmente el agujero por donde entraban los invasores. Al día quince, escucha a un perro afuera e intenta atraerlo para comérselo, pero el animal huye.
Cuando finalmente se atreve a asomarse por el agujero, descubre que los marcianos han desaparecido completamente del lugar, dejando solo esqueletos, cuervos carroñeros y montones de polvo azul. Con gran temor, pero desesperado, sale de su escondite después de quince días y encuentra que toda la zona ha sido devastada: las casas están destruidas, los árboles muertos, y la hierba roja marciana cubre todo el paisaje, pero no hay rastro de vida humana ni de los invasores.
6. La obra de quince días
El narrador sale por primera vez de su escondite después de quince días y se encuentra con un mundo completamente transformado. Al principio siente una profunda sensación de que la humanidad ya no domina la Tierra, sino que ahora son como animales bajo el control de los marcianos.
Hambriento tras su largo ayuno, busca comida desesperadamente y encuentra algunas cebollas, zanahorias y setas en jardines abandonados. Descubre que la hierba roja marciana ha crecido enormemente, especialmente cerca del agua, inundando los ríos Támesis y Wey y creando un paisaje alienígena de color rojo sangre.
Sin embargo, nota que esta hierba está empezando a morir por una enfermedad bacteriana. Mientras camina hacia Putney, encuentra un mundo en ruinas: casas vacías, esqueletos humanos y de animales esparcidos por todas partes, pero ningún ser humano vivo ni marcianos. Al final del día, contemplando la desolación total, comienza a creer que podría ser el último superviviente de la humanidad y que los marcianos han continuado su destrucción hacia otras ciudades.
7. El hombre de Putney Hill
El narrador pasa la noche en una posada en Putney Hill, donde encuentra algo de comida y puede dormir en una cama por primera vez desde su huida. Durante la noche reflexiona sobre la muerte del vicario sin sentir remordimientos, convencido de que fue necesario para su supervivencia.
Al amanecer, mientras camina por los alrededores devastados, se encuentra con el artillero que había conocido antes, quien ahora tiene un plan elaborado para la supervivencia humana. El artillero le explica que los marcianos han conquistado completamente a la humanidad y que la única opción es vivir en el subsuelo, usando las alcantarillas y túneles de Londres como refugio. Su plan incluye crear una sociedad subterránea de personas fuertes e inteligentes, preservar el conocimiento científico, y eventualmente aprender a usar las máquinas marcianas contra ellos.
Inicialmente entusiasmado, el narrador ayuda al artillero a cavar un túnel, pero pronto se da cuenta de que el hombre prefiere hablar y planificar más que trabajar. Después de un día de juegos de cartas y bebida, el narrador siente desprecio por sí mismo y decide abandonar al artillero para buscar solo qué está pasando en Londres.
8. Londres muerto
El narrador abandona al artillero y camina solo hacia el centro de Londres, encontrándose con una ciudad completamente muerta y abandonada. Durante su recorrido ve cadáveres cubiertos de polvo negro, casas cerradas y un silencio aterrador, excepto por un extraño lamento continuo que suena como "¡U-la! ¡U-la! ¡U-la!" que proviene del norte de la ciudad. Al acercarse a Regent's Park, descubre que el sonido viene de un marciano gigante que permanece inmóvil. Esa noche el ruido cesa abruptamente, sumiendo a Londres en un silencio absoluto que lo aterroriza aún más.
Al amanecer, impulsado por un deseo desesperado de acabar con su sufrimiento, se acerca a los marcianos en Primrose Hill y hace un descubrimiento extraordinario: todos los marcianos están muertos, víctimas de las bacterias terrestres contra las cuales no tenían defensas. En su planeta no existían gérmenes, por lo que sus organismos no pudieron resistir a los microorganismos de la Tierra. Desde la colina contempla Londres desierto pero intacto, comprendiendo que la amenaza ha terminado y que la humanidad podrá reconstruir la civilización, aunque él se pregunta qué será de su propia vida y si volverá a encontrar a su esposa.
9. El desastre
El narrador experimenta los efectos del trauma de su terrible experiencia. Después de descubrir la muerte de los marcianos, pierde completamente la memoria de los siguientes tres días, durante los cuales deambula por Londres en un estado de locura, gritando que es "¡el último hombre vivo!" Unas personas bondadosas lo encuentran en las calles y lo cuidan hasta que recupera la cordura. Cuando se recupera, se entera de que la noticia de la muerte de los marcianos ya se había extendido por todo el mundo, causando celebraciones masivas, y que los suministros de ayuda llegaban desde otros países.
También descubre con horror que un marciano había destruido Leatherhead, donde estaba su esposa, simplemente por capricho. Impulsado por una necesidad mórbida de revivir su dolor, decide regresar a su casa en Woking. Durante el viaje en tren observa la devastación causada por los marcianos y la hierba roja, así como los primeros esfuerzos de reconstrucción. Al llegar a su casa la encuentra vacía y abandonada, exactamente como la había dejado un mes antes. Mientras reflexiona sobre su soledad y la pérdida de su esposa, escucha una voz y, al volverse, descubre con asombro que su primo y su esposa están allí, vivos, y ella se desmaya en sus brazos.